La iglesia de Sant Esteve del Coll se documenta por primera vez en 1023 y forma parte del Patrimonio Arquitectónico de Cataluña. Está situada a 292 metros de altitud y a unos tres quilómetros al suroeste del núcleo de Llinars del Vallès. La parroquia del Coll, ubicada a la izquierda del río Mogent, limita con los términos de Cardedeu, Dosrius y Santa Agnès de Malanyanes (la Roca del Vallès).
El templo actual, del siglo XVI, es de una sola nave de tres tramadas más un ábside poligonal. Las dos capillas laterales dan la forma de cruz latina a la planta, y tiene un campanario acabado con almenas. La puerta de la iglesia es cuadrada y está flanqueada por tres molduras con un frontón semicircular y una ornamentación de lazadas a modo de concha. Los arcos interiores son de forma almendrada, al estilo gótico. Los ventanales tienen un arco de medio punto atrompetado.
Se conservan varias piezas religiosas, como la imagen dorada de la Virgen del Rosario del siglo XVII, una cruz procesional de plata y piezas de orfebrería de los siglos XVI-XIX.
A partir de los años setenta, se empezó a construir la urbanización Sant Josep dentro del término parroquial y, con el tiempo, se acercó mucho a la iglesia.
La rectoría, que se ubicaba al lado de la iglesia, se derribó a principios de los años ochenta debido a su estado de ruina. En la misma década, se restauró la iglesia y se trasladó el cementerio, que ocupaba la parte delantera del templo.
La Fiesta Mayor de la parroquia del Coll se celebra el primer domingo del mes de agosto. A escasos metros de la iglesia se encuentra el madroño de Sant Esteve del Coll, uno de los ejemplares centenarios de madroño (arbutus unedo). Es de los pocos madroños monumentales que quedan en Cataluña, aunque el paso del tiempo lo está deteriorando rápidamente.