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Frederic Marès

Escultor y coleccionista catalán. Desde su llegada a Llinars, en 1934, estableció un gran vínculo con el pueblo, que nos ha dejado como legado las maravillosas esculturas de la Mare de Déu del Prat en la iglesia, el Isard en la plaza Caritg y los ciervos en el jardín de Can Lletres.

Los primeros años se estableció en la masía de Can Rossell con su familia, donde pasaron largas temporadas. En 1963 se hizo construir una casa de campo.

A menudo se veía a Marès paseando por las calles y plazas de Llinars. El legado que ha dejado el escultor está representado por la imagen de Santa Maria del Prat, que se bendijo el 8 de setiembre de 1941, después de que la anterior fuera quemada al inicio de la Guerra Civil. También son obras suyas la conocida gamuza de la plaza Caritg y sus parientes que actualmente pastan en el jardín de Can Lletres.

Tanto por su trayectoria artística como por la estrecha vinculación con el pueblo, en 1984, Marès recibió un homenaje y se le dedicó una calle, que él mismo inauguró. La antigua calle Marina pasó a llamarse Frederic Marès.

El escultor, coleccionista y pedagogo Frederic Marès i Deulovol (Portbou, 1893 – Barcelona, 1991) tuvo una larga trayectoria profesional dedicada no solo a la producción artística, sino también a la preservación del patrimonio cultural. Desde muy joven, sorprendió el talento innato que tenía para dibujar y su gran afición por el coleccionismo: cuidaba con mucha delicadeza láminas de dibujo, estampas, envoltorios de chocolatinas y juguetes. Y así siguió siempre, hasta que llegó a tener numerosas colecciones de objetos de todo tipo, también libros de valor incalculable, documentos y grabados de interés para bibliófilos, libreros y coleccionistas.


Fue también reconocido en el ámbito internacional y mantuvo estrechos vínculos con los escultores más importantes de la época. Ha dejado una gran herencia artística en forma de esculturas conmemorativas, ornamentales, funerarias y medallísticas.

Marès se formó en la Escuela de Bellas Artes, donde años después también fue profesor. En 1911 recibió un premio extraordinario que otorgaba el Ayuntamiento de Barcelona al alumno más destacado. Gracias a ello tuvo la oportunidad de visitar, durante un año, los museos, las colecciones y las galerías más importantes de toda Europa.

Un momento clave en su carrera fue su estancia en París en 1913, donde continuó formándose, entabló amistad con artistas como August Rodin y participó en exposiciones individuales y colectivas.